Se fué con el silencio
que un día lo ha soñado
llevando la tristeza
de un corazón amado.
Se fué por el sendero
que no tiene curvas,
ni tiene encrucijadas,
por ese que sabemos
que no tiene fin
y que en la vida ingrata
es siempre traficado.
Se fué sintiendo el canto
del ave que le estima,
del arpa melodiosa
que nunca se termina.
Se fué sintiendo el llanto
de una madre querida
que quedó prisionera
en un valle de espinas.
Aquí sobre esta tierra
de santas alegrías,
de vivas tentaciones
y alegres remembranzas,
te canto y te recuerdo
como si te viera
cruzar, por esa selva
de solitaria andanza,
tan llena de colores,
tan borracha de aromas
donde la savia virgen
refresca mis amores.
Donde jamás se oyó
la queja ni el gemido
de un corazón dolido.
"Alma mía", noble alma...
atrona que a mis sueños
velais eternamente,
refrescáis mi memoria
que es maraña entorpecida,
desde que te fuistéis
por el camino largo
de esta amarga vida.
Perdóname si lloro
mi tristeza sin fin;
soy débil y no puedo
cruzar por ese arroyo
porque en las tardes tristes
te veo reflejada
en el cristal del agua,
quedándome en silencio
sin murmurar palabra.
Las noches pensativas
me hieren hasta el alma
y viviendo en el recuerdo
que jamás se retira
mi corazón te llama...
Amiguita perdida.
quiero vivir tu vida.-
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