jueves, 31 de julio de 2008

Escuchadme...

No miraste, no viste bién mío
al par de una fuente
un pimpollo temblando de frío
¡de frío de muerte!

No pensaste al verlo caído
qué amarga es su suerte
y que allí a tu mirada rendido
logró conmoverte?

No sentiste acaso el sonido
de un ¡ay! lastimero
que al huir, en tu alma halló asilo
y quisiste llorar sin consuelo?

No0 miraste ya tarde, muy tarde
que pasa el invierno,
la hojarasca que vuela
del árbol enfermo?

Y sentiste una pena tan grande
tan gran desconsuelo,
que deseaste acaso ese instante
cubrirlo de nuevo...

¡Ay! bién mío, bién mío, escuchadme
todo ser necesita un consuelo,
pero ya que no quieres hablarme
pero ya que no quieres mirarme
compadésete al ver que te quiero.-

martes, 29 de julio de 2008

A las sombras

Las sombras que se cruzan
ebocando el firmamento
son pasajeras aves
que llevan lo que siento,
y el cielo que las besa
parece estar contento
más, si aprende de ellas
mi frío pensamiento.


Viajeras tristezas
que marchan por el mundo
demostrando dolores
y enseñando a vivir,
cantando los ejemplos
del zorzal gemebundo
que hizo nacer los versos
que nunca han de morir.


Desde este gran pedazo
de suelo empobrecido
donde me advierto triste
mirándolas pasar...
veo que todas llevan
como lento suspiro
el silencio, la vida
y el cuerpo sepulcral.

Sombras que se cruzan
como buscando envidia
esbozando tristezas
de aquel que sabe amar,
ebrias de silencio,
muy pálidas y frías
que con alas oscuras
se tienden a volar.

Se llevan la sonrisa
del niño que inocente
busca en la fuente de oro
su gran felicidad,
se llevan la mirada
del poeta que siente
por el amor que ofrece
la triste soledad...

¡Oíd: Sombras que pasan
roceadas por el llanto
que la noche derrama
con gran necesidad,
yo vine no sé de donde
a cantarles mi canto
en nombre de las cuerdas
que cuelga la inmensidad.-